Diabetes Mellitus tipo 1


 La Diabetes  Mellitus tipo 1  (DMT1) es también conocida como diabetes infantil  juvenil o insulinodependiente,  es una enfermedad metabólica.  Se estima que 400 mil menores de 15 años la padecen  en nuestro país y vivirán con ella toda su vida,  según datos de la Secretaria de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Cada vez son más frecuentes los casos de diabetes infantil en nuestro país, en los últimos años se ha triplicado el número de registros.

Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los últimos 40 años el número de niños obesos en el mundo se ha multiplicado por 10, de mantenerse así la tendencia para el año 2022 habrá más población infantil y juvenil obesa que desnutrida.

La diabetes Mellitus tipo 2  (DMT2) se consideraba exclusiva de los adultos, la manifestación de la enfermedad oscilaba entre los 18 a 79 años de edad y es precedida por obesidad y sedentarismo.


Diferencias entre la DMT1 y la DMT2

DMT1

En este tipo de diabetes, el propio sistema inmunitario del paciente produce una destrucción de las células beta del páncreas, lo que origina una deficiencia total de insulina. No se puede prevenir  la enfermedad. El niño o joven no  es sedentario y puede tener o no sobrepeso.

DMT2

 Se presenta más frecuentemente en personas adultas con antecedente de obesidad y sedentarismo. La mayoría de personas con DMT2 si produce insulina, pero no en cantidades  suficientes que el organismo necesita para su buen funcionamiento. A diferencia de la tipo 1 esta si se puede prevenir si se mantienen hábitos de alimentación saludables y se combina con ejercicio.

En los últimos años existen ya registros de jóvenes y niños con diabetes mellitus tipo 2 con los mismos antecedentes de los adultos,  esta tendencia se considera incrementara por el alto porcentaje de niños y jóvenes con sobrepeso y obesidad.

En el presente artículo solo hablaremos de la DMT1.


En una situación normal

 Nuestro organismo descompone los alimentos que ingerimos y los trasforma en glucosa y otros nutrientes que necesitamos,  luego son absorbidos por el torrente sanguíneo a partir del tubo digestivo. La concentración de glucosa en sangre sube después de una comida y hace que el páncreas fabrique una hormona llamada insulina y la libere al torrente sanguíneo, a su vez esta hormona es la encargada de regular los niveles de glucosa en la sangre. En un niño  sano sus niveles  de glucosa en sangre varían de 70 a 110 miligramos por decilitro.

Durante la diabetes

 En los niños con diabetes, el organismo   (páncreas) no puede fabricar insulina. Supongamos que, la insulina actúa como una llave que abre las puertas de las células para que pueda entrar la glucosa en su interior y así nutrir los órganos del cuerpo. Sin  insulina la glucosa no puede acceder al interior de las células (las puertas están cerradas y no se dispone de una llave para abrirlas); por lo tanto, la glucosa permanece en el torrente sanguíneo en altas concentraciones, lo cual provoca diversas alteraciones en la salud.

En la diabetes tipo 1 el páncreas pierde su capacidad de fabricar la hormona insulina porque el sistema inmunitario ataca y destruye las células del páncreas encargadas de fabricar esta hormona.  Los niveles de glucosa en sangre en niños con diabetes se miden a más de 130 miligramos por decilitro.


Causas

La herencia es el factor más relacionado  de un 30 a 60 %, tener una carga genética importante donde los abuelos padres tíos y hermanos tienen diabetes mellitus.  No obstante, el simple hecho de heredar los genes de la diabetes no suele bastar, sin embargo es un factor muy potente para desarrollar esta enfermedad.

La obesidad no ésta vinculada a la aparición de la enfermedad.

La exposición a las   infecciones propias de la infancia en especial por virus representa de un 10 a un 30% la posible aparición de la enfermedad.

Algunos autores piensan que el origen es desconocido.


Manifestaciones de la enfermedad.


  • Algunos meses antes de manifestarse el niño o la niña aumenta de talla (estatura) y peso de manera abrupta.
  • Sed en aumento de forma repentina.
  • Boca seca o pastosa.
  • Aumento en la excreción de orina.
  • El niño come más de lo habitual sin subir de peso.
  • Fatiga crónica.
  • Adelgazamiento extremo que puede conducir  a la desnutrición.

Es un proceso sumamente difícil,  la enfermedad toma por sorpresa a la familia,  el niño no tiene límites en cuanto a su alimentación  y puede llegar al coma diabético que es cuando generalmente se descubre la enfermedad.

El coma diabético es el incremento  de los niveles de glucosa en sangre (más de 200 miligramos por decilitro) que ocasiona:


  • Náuseas   vómito y dolor abdominal.
  • Deshidratación.
  • Perdida del estado de conciencia.

De inmediato debe  el niño ser conducido a un hospital para regular sus niveles de glucosa, de no ser así   podría ocasionarle la muerte.

El diagnóstico es inminente, mostrara niveles elevados de glucosa en sangre y orina.

 Con el diagnóstico establecido, la familia deberá iniciar una gran tarea educativa, capacitación para convivencia y manejo de un hijo con diabetes.

 El tratamiento está basado en la sustitución de la hormona  insulina. El médico pediatra endocrinólogo o internista es el encargado de indicar que tipo de insulina requiere el niño u joven.

El mantenimiento de la diabetes tipo 1 está basada en tres aspectos:


  • Medicamentos: generalmente insulina, existen varios tipos y se mide en unidades internacionales. El médico determinara cual necesita y la dosis.
  • Dieta: es la piedra angular del tratamiento, generalmente se calcula en quintos el aporte nutricional y calórico requerido. Deberá ser prescrito por un nutriólogo pediatra.
  • Activación física: será de gran ayuda para regular los niveles de glucosa, no es cualquier actividad, deberá ser asesorado por un especialista en deporte para no gastar más energía que la requerida.

Esta tarea es sumamente difícil, está basada en un total cambio de hábitos alimenticios.

 Es en esta etapa donde se torna más compleja la situación, ¿cómo convencer a un niño o joven que los alimentos dulces o la comida chatarra le causa un desajuste en su glucosa?

Necesariamente se requiere:


  • Apoyo psicológico, preferencialmente para toda la familia.
  • Asesoría nutricional por un especialista, de preferencia pediátrico.
  • La familia o algún miembro de esta (papá o mamá) y el niño o niña con diabetes tendrán que leer  un manual sobre diabetes infantil o juvenil que contenga: que es la diabetes, como se puede controlar, que alimentos están permitidos y cuáles no, que es la insulina, como se aplica y sitios de aplicación, que hacer en caso de elevarse la glucosa y también cuando se muestran cifras bajas así como aprender a tomarse la glucosa y aplicarse la insulina.
  • Se requiere la adquisición de un glucómetro para medir los niveles de glucosa en sangre y recibir capacitación para manejo del glucómetro y aplicación de la insulina prescrita.
  • Los niños son impredecibles, puede que se adapten a la idea de vivir con la enfermedad más rápidamente que los padres o que se vean sumidos en una profunda confusión sobre su salud.
  • Cuando la familia y el niño o niña se han capacitado y,  ya no tienen dudas en cuanto a su tratamiento  se planea su alta.


Necesariamente se requiere una gran disposición de la familia para afrontar la enfermedad junto al niño, todos los integrantes  debieran  relacionarse con el tema para saber qué hacer en una situación de urgencia.


Reflexión

La diabetes mellitus es un grave problema de salud pública en nuestro país, tanto que es considerada una epidemia, disminuye la esperanza de vida de quien la padece, los niños en especial vivirán de 5 a 6 años menos en comparación con los  sanos.

Los  médicos genetistas hablan de una herencia genética importante sobre toda la población mexicana, pero hay algo que si podemos modificar, nuestros hábitos alimenticios y el sedentarismo.

Preocupémonos hoy por la herencia que le vamos a dejar a nuestros hijos, y no hablo de bienes materiales más bien de bienes genéticos.

No sé qué nos hace más daño; recordar que tenemos el primer lugar en obesidad infantil mundialmente u olvidar este dato y vivir confiadamente como si no ocurriera nada.

Aún estamos a tiempo de modificar los porcentajes dramáticos para nuestro país. Recordemos que algunos estudios estiman que para el año 2050 más del 50 % de la población mexicana habrá adquirido diabetes mellitus.

Adquiramos hábitos alimenticios saludables, caminemos, corramos, juguemos a lo que podamos pero hay que movernos todos,  principalmente cuidemos a nuestros niños para que a su vez ellos cuiden de sus hijos.

 

María Severiana Jasso Carbajal

Lic. en Enfermería, con Mención  Honorifica,  UNAM

Diplomado en Medicina y Cuidados Paliativos UAEMex

Especialidad en Pediatría UNAM

Especialidad en Terapia Intensiva UAEMex

Colaboradora con la UAEMex  en la creación del Mapa Curricular de la  Maestría en Urgencias.

Experiencia Laboral 25 años en Hospital Pediátrico.

Maestrante en Docencia  SEP