Embarazo en adolescentes en México


La palabra adolescente proviene del latín adolescentia que significa “joven”  a su vez esta  deriva del verbo adolezco que significa crecer, desarrollarse, ir en aumento. La Organización Mundial de la Salud considera el inicio de la adolescencia de entre los 10 a 19 años.

Durante la adolescencia suceden cambios físicos y emocionales principalmente que adolecen a los jóvenes, pudiendo crear una crisis emocional que les obstaculice su identidad y cause confusión sobre sus ideales. Quizá es la etapa más crucial en la vida de todo ser humano.

Todos los adolescentes son vulnerables en la época actual; en la llamada época digital, donde las redes sociales, sus amigos y compañeros de la misma edad son quien les brindan respuestas a sus inquietudes; la mayoría de las veces equívocas.

Las adolescentes se han vuelto un foco rojo en nuestra sociedad, por un registro tan alto de embarazos en esta etapa.


Se imaginan, ¿cómo puede crecer una nueva vida en alguien que aún está creciendo?

Nuestro país ocupa el primer lugar a nivel mundial en el registro de embarazos en adolescentes según datos emitidos por la  Organización Mundial de la Salud, 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años, aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, algunas de ellas con apenas 10 años de edad, según datos de INEGI, UNAM y OMS.

De las jóvenes  menores de 18 años que tienen vida sexual activa más  del 50%  aproximadamente tendrá un embarazo no planeado, por ello un gran porcentaje de ellas se practica un aborto clandestino poniendo en riesgo su vida y la de su hijo, derivándose otro porcentaje por muertes maternas a temprana edad.

Se considera esta situación como un problema de salud pública en nuestro país.


Pero,  entonces ¿Qué ha generado esta situación en México?


 Posibles respuestas.


  1. Práctica de relaciones sexuales de los jóvenes sin métodos anticonceptivos, derivado de una deficiente o nula información por parte de los padres de familia y maestros,  aunado a un creciente e incorrecto bombardeo de información en las redes sociales.
  2. Matrimonio a edades tempranas y el rol de género que tradicionalmente se asigna a la mujer. En algunas comunidades que aún se rigen por usos y costumbres las adolescentes son violentadas sexualmente y las obligan a contraer matrimonio con  hombres mayores que ellas, continuando así una vida de agresión sexual y física a muy temprana edad. En la actualidad  persiste la ideología de algunos hombres  machistas que todavía creen  que la mujer solo fue creada para  tener hijos y quedarse en el hogar. Lamentablemente estas ideas descabelladas se heredan de generación en generación y los padres de familia son los primeros que discriminan sus hijas  adolescentes  negándoles  superación escolar y las obligan a buscar relaciones maritales prematuras. No es raro encontrar estas mismas ideas en hombres con cierto grado de escolaridad en grandes ciudades.
  3. La presión de los compañeros, que alientan a los adolescentes a tener relaciones sexuales, recordemos que ellos  están formando su identidad propia y son vulnerables a cualquier incitación que les cause sentimiento de competitividad.
  4. El consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas, producen una reducción en la inhibición, que puede estimular la actividad sexual no deseada.
  5. Carecer de información y conocimientos suficientes sobre los métodos anticonceptivos, la falta  o deficiente  información sobre el uso correcto de los métodos anticonceptivos,  así como el difícil acceso a su adquisición han contribuido a elevar la cifra de embarazos no deseados y la adquisición de enfermedades de transmisión sexual.


Existen otros factores de riesgo que contribuyen a esta causa

  • Circunstancias particulares como prostitución, violación, incesto y adolescentes con problemas mentales.
  • Desintegración familiar.
  • Libertad sexual.
  • Búsqueda de una relación sustitutiva.
  • Relaciones sexuales precoces.
  • Comunicación nula o deficiente entre padres e hijos.
  • Pobreza extrema.
  • La salud de las adolescentes embarazadas se vuelve un punto de vulnerabilidad, por ende será un embarazo de alto riesgo con sus múltiples y graves complicaciones, pudiendo llegar hasta la muerte.
  • De igual manera, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de presentar efectos en la salud a largo plazo.
  • Una gran mayoría de  adolescentes que sostienen relaciones sexuales adquiere alguna enfermedad de transmisión sexual, que van desde adquirir el virus del papiloma humano hasta ser infectados con VIH.
  • En aspectos de educación un porcentaje elevado tiene que abandonar la escuela,  frenando un gran potencial de desarrollo.
  • Económicamente algunas de ellas tendrán que trabajar para mantener su embarazo, otras dependerán totalmente de su familia o de su pareja,  un adolescente que no tiene edad para trabajar.
  • Socialmente son estigmatizadas, violentadas, discriminadas, algunas de ellas tienen todo en su contra, falta de apoyo de su pareja que generalmente será mayor de edad y de su familia, nulas oportunidades de trabajo y superación.
  • Estas repercusiones finalmente terminan dañando la economía de una familia, una comunidad el estado y al país. Una educación truncada y un posible patrón de conducta repetitivo.



Repercusiones  del embarazo en adolescentes


  • La salud de las adolescentes embarazadas se vuelve un punto de vulnerabilidad, por ende será un embarazo de alto riesgo con sus múltiples y graves complicaciones, pudiendo llegar hasta la muerte.
  • De igual manera, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de presentar efectos en la salud a largo plazo.
  • Una gran mayoría de  adolescentes que sostienen relaciones sexuales adquiere alguna enfermedad de transmisión sexual, que van desde adquirir el virus del papiloma humano hasta ser infectados con VIH.
  • En aspectos de educación un porcentaje elevado tiene que abandonar la escuela,  frenando un gran potencial de desarrollo.
  • Económicamente algunas de ellas tendrán que trabajar para mantener su embarazo, otras dependerán totalmente de su familia o de su pareja,  un adolescente que no tiene edad para trabajar.
  • Socialmente son estigmatizadas, violentadas, discriminadas, algunas de ellas tienen todo en su contra, falta de apoyo de su pareja que generalmente será mayor de edad y de su familia, nulas oportunidades de trabajo y superación.
  • Estas repercusiones finalmente terminan dañando la economía de una familia, una comunidad el estado y al país. Una educación truncada y un posible patrón de conducta repetitivo.


¿Cómo se puede prevenir esta situación?

La posible solución no radica en repartir anticonceptivos de manera descontrolada.

La educación es el mejor anticonceptivo y este tema debe abordarse a edad temprana, donde se incluyan programas sólidos basados en evidencia sobre educación sexual en las primarias  secundarias y principalmente en el hogar.

Debe ampliarse la cobertura de métodos anticonceptivos modernos. Que los adolescentes conozcan sus mecanismos de acción y efectividad, y los utilicen de manera sistemática y consciente.


Reflexión.

Todos  los que somos padres de familia y también quienes no lo son queremos  lo mejor para los adolescentes, llámense hijos, sobrinos nietos, primos, etc. ¿Qué ha pasado entonces con la comunicación? Quizá nos hemos relajado en un tema de suma importancia en la etapa más crucial de la vida. Es precisamente la adolescencia que demanda atención  comunicación, enseñanza, recordar los valores aprendidos durante la infancia, insistir en la importancia de ser cada uno responsable de sus actos, puntualizar  a la salud como un valor que puede ser irrecuperable.

Es cierto que los tiempos  cambian, que los adolescentes de hoy creen que la era digital les soluciona la vida, sin embargo, la comunicación, confianza, el respeto, disciplina y sobre todo el amor nunca pasarán de moda. Amor no es darles todo lo material y libertad plena; si no todo lo contrario, enseñarles a respetar reglas, y brindarles la confianza para que sus primeras dudas e inquietudes sean escuchadas  por sus  padres.

De esos porcentajes  preocupantes y latentes que hemos leído, todos tenemos responsabilidad implícita, padres de familia, escuelas, secretaria de salud, gobierno estatal y federal, medios de comunicación  y  redes sociales.

Eduquemos a los adolescentes en sexualidad, es lo único que los puede salvar de adquirir responsabilidades  prematuras,  de arruinarles la vida a otras personas, de salvaguardar su salud y lo más importante no truncar su vida llena de sueños.